viernes, 28 de noviembre de 2014

Mitos de las drogas (1)

Alcohol

Beber alcohol es bueno para el corazón y previene de las enfermedades cardiovasculares: aunque algunas investigaciones han demostrado que en adultos, sobre todo varones, el consumo moderado de alcohol puede reducir el riesgo de padecer algunas dolencias coronarias, cuando el consumo aumenta lo hace también, de forma muy pronunciada, el riesgo de sufrir alguna de estas dolencias.

Tomar unas copas facilita mantener relaciones sexuales: el consumo abusivo de bebidas alcohólicas, lejos de favorecer las relaciones sexuales, muchas veces las dificulta o incluso las impide, provocando impotencia en el varón y otras disfunciones asociadas.

Las bebidas alcohólicas son buenas para entrar en calor: aunque el alcohol produce una sensación momentánea de calor, en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye y se siente más frío. Por ello, en caso de embriaguez hay que abrigarse al y nunca dar duchas frías.

Una copa ayuda a superar el cansancio y a estar más animado: tras una sensación de bienestar pasajera, el consumo abusivo de alcohol nos lleva al extremo opuesto, así que si estamos tristes o deprimidos empeoraremos la situación. También causa una mayor fatiga física y pérdida de fuerza.

Cocaína

Las relaciones sexuales son mejores bajo los efectos de la cocaína: el consumo de cocaína de forma continuada no sólo disminuye el deseo sexual, sino que también provoca problemas de erección y eyaculación en los varones, pudiendo llegar a ser motivo de impotencia e infertilidad.

La ‘coca” es una sustancia fácil de controlar: en realidad, la cocaína tiene un elevado poder adictivo, como lo demuestra el hecho de que es la sustancia que genera más demandas de tratamiento relacionadas con el consumo de drogas, seguida de la heroína y el cannabis. Tras empezar tomándola sólo en fin de semana, muchos acaban desarrollando dependencia.

La cocaína ‘da marcha’ y ayuda a sobrellevar las noches de juerga: aunque es cierto que la cocaína tiene un efecto estimulante, éste es pasajero y precede a un bajón intenso que causa decaimiento, cansancio y depresión. Lejos de favorecer la sociabilidad, su consumo abusivo provoca irritabilidad.

No pasa nada por meterse unas ‘rayas’ en los fines de semana: tomar cocaína sólo en los fines de semana y vacaciones supone un consumo de unos 100 días al año y conlleva un riesgo evidente de dependencia a largo plazo, sin olvidar que los efectos pueden dejarse sentir a lo largo de la semana.

Por supuesto, mezclar cocaína y alcohol es mucho más tóxico que tomar ambas sustancias por separado. Su conjunto dispara el riesgo de desarrollar alcoholismo en unos pocos años.
 
Aquí os dejo un video, de un spot publicitario sobre el alcoholismo, en el cuál podemos ver lo que nos podría suceder si somos dependientes del alcohol.

Y mañana seguiré con otros mitos sobre otro tipo de drogas.


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